Las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) son las acciones que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que proveen, para responder a desafíos actuales, como el cambio climático, la seguridad alimentaria o el riesgo de desastres.
Los desafíos en seguridad alimentaria pueden ser resueltos de mejor forma si se combinan SbN (como los sistemas agro-forestales o la restauración de humedales), con soluciones más convencionales (como mejorar la distribución y acceso a alimentos, o políticas de comercio que apoyan a productores locales). Estos enfoques también pueden generar múltiples beneficios para la población y la biodiversidad, y al mismo tiempo representan una medida confiable para fortalecer la resiliencia frente al cambio climático.
En el caso del sector hídrico, existe una diversidad de formas de apoyarse en los ecosistemas para complementar las soluciones a distintos desafíos que por lo general suelen resolverse solo con obras de infraestructura gris. Los ecosistemas y sus funciones pueden servir también como una forma de infraestructura verde y en muchos casos ser soluciones más costo-efectivas. Problemas como las inundaciones, o la preservación de caudales de agua, pueden resolverse a través de la conservación y restauración ecológica de cuencas hidrográficas.
Prácticas como la reforestación y restauración de ecosistemas riparios pueden ser implementadas con el fin de estabilizar cauces de ríos y prevenir desbordamientos; la creación de zonas naturales de inundación para retener agua en episodios de lluvias extremas; o la depuración y mejora de la calidad del agua a través de sistemas de humedales (fito-remediación), son solo algunos ejemplos de SbN cada vez más aplicados en la gestión integrada de cuencas y en la planificación urbana.
Mas allá de la conservación
En términos más generales, “soluciones basadas en la naturaleza” es un término que se puede utilizar para describir enfoques alternativos y no tradicionales a los problemas ambientales, como inundaciones, escasez de agua o erosión del suelo, mediante el aprovechamiento del capital natural. Los bosques y matorrales dentro de una cuenca pueden ayudar a prevenir la erosión y consecuente sedimentación de reservorios de agua, un problema que limita la capacidad de almacenamiento y afecta el funcionamiento de turbinas de generación hidroeléctrica, siendo este un importante aporte al tiempo de vida útil de un embalse y un valioso ahorro en términos económicos.
Históricamente, el reconocimiento del rol fundamental que juegan los ecosistemas en apoyar el bienestar humano ha sido un pilar de la cosmovisión de muchos pueblos indígenas alrededor del mundo. Sin embargo, solo en décadas recientes la idea de servicios ecosistémicos se ha establecido en la literatura científica moderna. Los beneficios económicos de los ecosistemas bien gestionados y los servicios que proveen son un aspecto cada vez más reconocido en el desarrollo de proyectos.
Un paisaje natural planificado de forma estratégica para conservar y restaurar las funciones de los ecosistemas, de tal manera que generen beneficios asociados para la población, se convierte en una forma de infraestructura natural. Al mantener y reestablecer los elementos naturales, los proyectos que integran soluciones basadas en la naturaleza ayudan a conservar el medio ambiente, crear hábitats para especies en peligro de extinción, reducir las emisiones de carbono y restaurar una belleza estética natural en las comunidades.